Hace poco tiempo tuve que enfrentarme nuevamente a la muerte por la perdida de un gran amigo y como suele sucedernos, empece a analizar mis reacciones y las de otra gran gran amiga común que jamas había padecido algo similar a sus cincuenta y pico años de vida. Y debido a ello me atreví a hacer una lista macabra para recordar cuántos de mis seres queridos habían trascendido y cuando había sido mi primer encuentro con este suceso.
La lista comenzó en el año de las Olimpiadas del 68 a mis escasos 6 o 7 años cuando mi hermanita de 23 días de nacida falleció y le pedí a mi papá verla. Gracias a los maravillosos conocimientos espirituales de mi padre el suceso no debió ser tan traumático para mi, pues una y otra vez creo que he sabido recibirlo mas o menos sabiamente. Claro con el correr del tiempo te vas dando cuenta de los efectos de cada perdida, sobre todo la de mi padre unos años después, que cambió el rumbo de mi vida totalmente.
Y como siempre una cosa va llevando a otra, también empece a recordar cuándo murió mi madre y leí unos días después, el LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y LA MUERTE, buscando respuestas a tanto dolor padecido por ella unos meses antes de su descanso. Y si la encontré desde las primeras páginas. Todos tenemos que pasar una proceso de "purificación antes de morir".
Recordé también las enseñanzas del budismo en las cual escuché que para ellos los dos días mas importantes de su vida son el día de su nacimiento y el día de su muerte. Y que se preparan toda la vida para ello. Durante mucho tiempo no entendí como era eso de prepararse para el día de tu muerte, hasta que encontré la descripción del proceso de purificación. Entendí entonces que esa preparación dura toda la vida, cada segundo y cada instante de nuestra existencia estamos sembrando para ese gran día.
En otras palabras cuando habló en mis conferencias de los lemas, les comento a los asistentes que uno de mis lemas favoritos es repetirme todos días que el día que muera no voy a entregar cuentas de lo que hicieron los demás, voy a entregar cuentas de lo que yo hice en esta vida, en este mundo.
Y de repente una gran reflexión viene a mi mente: estoy realmente cumpliendo con ese lema? estoy realmente preparándome para el siguiente día más importante de mi existencia? En muchas ocasiones siento que no, que he respondido mal a circunstancias de la vida, que he sido reactiva, que no he sido lo suficientemente compasiva, que he dado prioridad a mi sinceridad sin trabajar mi diplomacia, en fin muchas cosas mas, una lista interminable. Y me he dado a mi misma alguna excusa? no realmente no, he asumido mis errores sabiendo que nadie estará en mi lugar ese día de la purificación.
He recordado que en el mismo libro mencionado se habla acerca de que unos maestros del monasterio no padecían realmente casi nada antes de partir y he recordado también que se habla de que solo los seres muy evolucionados parten cuando están durmiendo sin ningún sufrimiento, pero realmente la idea no esa, la idea no es temer a ese momento, sino estar conscientes de que hemos hecho todo lo habido posible en nuestras manos por dejar un mundo mejor, de que hemos sembrado paz en nuestro camino, que cuando llegue el día una hermosa paz nos invada sabiendo que dimos lo mejor de nosotros mismos en todo momento.
Y he concluido por ahora con este breve análisis recordándome a mi misma, que la única manera de lograr mejorar todo lo que me preocupa que no estoy logrando es trabajar mas mi autoconocimiento, mis heridas, trabajar mas profundamente mis emociones, pues tengo claro son ellas las que no me han permitido reaccionar o no reaccionar antes situaciones que no han sido correctas, situaciones en las cuales no he logrado un mundo mejor, situaciones en las que lastimado a mis seres mas queridos, situaciones en la que he permitido que el ego hable por mi y una larga en interminable lista de situaciones por corregir.
Eso no quiere decir que no haya sembrado por otro lado grandes cosas, eso quiere decir que nuestra vida debe ser un ejemplo en todo momento, claro que aprendemos que nuestros errores y de hecho para ello estamos aquí, pero se trata también de que ese aprendizaje en vez de ser por la vía karmática, se convierta en Dharma, es decir que logremos crecer por un camino menos doloroso para nosotros mismos y para los demás.
Om Shanti.
Cony Garrido
Instructora de Meditación, conferencista y escritora.
Creadora y Directora Congreso Mujer Saludable y Comunidad AAM (Aprendiendo a Meditar)
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