Al que se separó y no pasa estas fiestas con sus hijos, al que acaba de perder a alguien, al que recibió un mal diagnóstico, al que sufre por amor, al que perdió un trabajo: Las vidrieras se visten de rojo, verde y dorado...Las góndolas ofrecen sidras y turrones... Los balcones se visten de fiesta, los árboles adornan las casas... Hay bullicio. Y cuando hay tanto ruido afuera parece que el dolor se hace más evidente y genera la sensación de que eres el único que la pasa mal.
No compres la impostura de la felicidad. Ser feliz no es salir corriendo a comprar lo que no puedes, a reunirte con quien no quieres, a comer hasta estallar y tomar hasta desmayarte.
No se juega la lealtad en un día porque tu hijo/a no puede cenar contigo o porque tu hermana eligió la familia de tu cuñado. No estés tironeando, no se puede estar en todas partes.
Quédate en tu centro, en la medida de tus posibilidades. Pásala con quien elijas, sin apuro, liviano, sobrio. Desmárcate de la publicidad que te muestra la ilusión de familias y parejas perfectas. Elige lo que tengas ganas de corazón, lo que te pida el alma!
Permítete conectar con lo que verdaderamente resuena en tu ser, y sobre todo, sé agradecido con el universo por lo que recibes cada día.
Bendiciones y mucha paz.
Puente de Luz❄️
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