Una creencia es una idea que se considera verdadera y válida por la persona que la posee. Muchas veces tomamos creencias y las añadimos a nuestro mapa mental sin cuestionarnos de dónde vienen o si son verdaderas o falsas.
Es importante saber cuáles son nuestras creencias porque son pensamientos que guían nuestra vida. Si nos cuesta cambiar ciertas actitudes o hábitos no saludables es posible que existan creencias que estén sosteniendo ese comportamiento e impidan el cambio. Esto es lo que llamamos creencias limitantes.
Creencia Limitante VS Creencia Potenciadora
Las creencias limitantes son aquellos pensamientos que, por su naturaleza, impiden que realices ciertas acciones o conductas que te beneficiarían física, psicológica, emocional o socialmente.
Las creencias potenciadoras son aquellas que animan o provocan conductas que te llevan a adonde quieres llegar, o te conducen a tu objetivo deseado.
Las creencias provocan que nos comportemos de una determinada manera. De este modo, una misma creencia puede ser potenciadora o limitante dependiendo de la situación donde nos encontremos.
Por ejemplo, pensar “Nunca podré hablar en público” puede tener un efecto positivo en nosotros que es protegernos de la opinión pública, pero se convierte en una creencia limitante si fuera necesario que habláramos en público. Llegado el caso en que tuviéramos que subirnos a un escenario, esa creencia sólo nos impediría hacerlo bien, porque una condición que tienen las creencias es que tienden a cumplirse. Así que, en ese caso, todo tu cuerpo haría realidad tu incapacidad para que sea verdad que “no vales para hablar en público”.
Como ves, las creencias guían nuestra vida y nuestros comportamientos diarios. Pero existe una buena noticia y es que si nuestras creencias no nos están ayudando (si son creencias limitantes) pueden cambiarse por otras que nos sirvan en nuestra vida.
¿Qué eliges creer?
Existe un fenómeno estudiado por la psicología que se llama “El efecto Pigmalión” o también conocido por “La profecía autocumplida”.
Consiste, a grandes rasgos, en que si crees en algo (acerca de tu propia capacidad) mucho tiempo y con muchas ganas, ese algo acaba siendo real.
Es decir, que si piensas que jamás podrás aprender inglés, jamás podrás; si piensas que eres un desastre en el amor, lo serás; si piensas que no podrás sacarte esa oposición, no podrás.
Como ves, tu mente quiere que el mundo se guíe por lo que conoce y predice, que son sus creencias. Sin embargo, si esas creencias fueran potenciadoras (nos enfocaran al objetivo que queremos conseguir), también se cumplirían por el mismo efecto de la profecía autocumplida.
Según lo anterior, tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes, estarás en lo cierto. Así que… ¿Qué eliges creer?
- “Cuida tus pensamientos porque se convierten en tus palabras
- Cuida tus palabras porque se convierten en tus acciones
- Cuida tus acciones porque se convierten en tus hábitos
- Cuida tus hábitos porque se convierten en tu carácter
- Cuida tu carácter porque se convierte en tu destino”.
Después de estas frases, estoy segura de que quieres cambiar esas creencias que están limitando tu potencial e impidiendo desarrollarte al 100%. Por eso te traigo una técnica para cambiar esas creencias limitantes en creencias potenciadoras.
Técnica de 5 pasos para cambiar tus creencias limitantes.
- Detectar el pensamiento o creencia limitante. Es necesario que identifiques en concreto qué creencia limitante quieres cambiar. Para darte una pista, están siempre detrás de algún comportamiento que quieres cambiar y para encontrarlo podrías preguntarte: “¿por qué he hecho esto?” o “¿por qué mantengo este hábito?”
- Tomar consciencia de los resultados que obtenemos con ella. Para saber si es una creencia limitante, es necesario que sepas qué consecuencias tienes pensando eso. ¿Qué te estás perdiendo? ¿Qué estás ganando pensando eso?
- Darse cuenta de su intención positiva: ¿Qué hay de bueno en esa creencia que hace que mantengas ese pensamiento? Busca, seguro que en algún lugar y en algún momento ese pensamiento tuvo un beneficio para ti. Puede ser que te protegiera de algún peligro, quizá de no hacer el ridículo… Es importante que sepas qué intención positiva tiene tu creencia limitante antes de cambiarla.
- Elegir un nuevo pensamiento o creencia potenciadora. Tiene que tener la misma intención positiva que la creencia limitante anterior. Si la anterior creencia quería protegerte, es necesario que la nueva creencia potenciadora mantenga esa intención protectora.
- Sustituir la antigua creencia por la nueva y practicarla. Sólo con la práctica y con la repetición se lograrán conexiones neuronales suficientes para que el nuevo pensamiento se asiente y dirija nuestra vida. Es necesario que pienses de manera consciente la nueva creencia durante un tiempo hasta que se vuelva inconsciente y automática y guíe tu comportamiento de ahora en adelante.
Espero que pongas en práctica cuanto antes este cambio de creencias limitantes. Cuando lo hagas verás cómo cambia tu vida a mejor y estarás en el camino de convertirte en tu mejor versión.
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